¿Cómo el turismo y la valorización patrimonial favorecen al desarrollo rural?
DOI:
https://doi.org/10.48160/22504001erEsp.%2023.127Palavras-chave:
turismo, patrimonio, desarrollo ruralResumo
La cuestión disparadora de este ensayo contiene varias palabras claves: turismo, valorización patrimonial (patrimonio), desarrollo y rural (ruralidades). Esas palabras son, ante todo, conceptos, pero también implican procesos. Más allá de las diversas formas en que se los puede definir[1], considero que el turismo y el patrimonio tienen algunos puntos en común. Son procesos en los cuales ciertas personas, generalmente aquellas reconocidas como “expertas”, seleccionan, resignifican y justifican qué es patrimonio y por qué debe ser protegido formalmente por algún marco normativo (“patrimonios formales/oficiales”) y/o cuáles deben ser promocionados o activados[2] como atractivos o destinos turísticos. El patrimonio cultural, en sentido amplio (cultural/natural, mueble/inmueble, material/inmaterial, caminos o itinerarios, paisajes, etc.), tiene varias dimensiones. Así como representa simbólicamente las identidades de diferentes grupos socio-culturales o naciones, también es utilizado como un recurso económico pasible de mercantilización directa (las artesanías, prácticas tradicionales y/o ancestrales agrarias que producen ciertos alimentos “con identidad territorial”) o indirecto (una estación de ferrocarril refuncionalizada como alojamiento o la promoción de un poblado rural histórico como atractivo turístico). En este sentido, es que podemos pensar la valorización del patrimonio como un elemento que puede contribuir al desarrollo rural (Viola, 2000).