Tesis
Las encrucijadas del agronegocio: un estudio sobre los lugares de las mujeres en la división sexual del trabajo en el espacio rural de Saladillo
The Crossroads of Agribusiness: A Study on the Places of Women in the Sexual Division of Labor in the Rural Space of Saladillo
As Encruzilhadas do Agronegócio: Um Estudo sobre os Lugares das Mulheres na Divisão Sexual do Trabalho no Espaço Rural de Saladillo
Estudios Rurales. Publicación del Centro de Estudios de la Argentina Rural
Universidad Nacional de Quilmes, Argentina
ISSN: 2250-4001
Periodicidad: Semestral
vol. 15, núm. 31, 2025
Recepción: 21 mayo 2025
Aprobación: 04 junio 2025
Resumen: La Tesis Doctoral “Las encrucijadas del agronegocio: un estudio sobre los lugares de las mujeres en la división sexual del trabajo en el espacio rural de Saladillo” analiza los lugares que ocupan las mujeres en el marco del modelo de agronegocio en la ruralidad bonaerense. Desde una perspectiva multiescalar con enfoque de género, la investigación articula herramientas de la sociología y la geografía para comprender cómo las transformaciones globales reconfiguran las relaciones laborales y refuerzan desigualdades estructurales. A través de un estudio de caso en Saladillo y entrevistas a mujeres rurales, se evidencia que, pese a su participación activa en tareas productivas y técnicas, sus aportes suelen ser invisibilizados o considerados como “ayuda”. La tesis muestra cómo el acceso desigual a recursos, formación y reconocimiento afecta de forma diferenciada a las mujeres, especialmente según su clase social. Se propone una noción amplia de trabajo que contemple las tareas de cuidado y el trabajo no remunerado, y se subraya la necesidad de políticas públicas que reconozcan la centralidad del rol femenino en la vida rural y promuevan condiciones más equitativas.
Palabras clave: Género, Trabajo rural, Agronegocio.
Abstract: The doctoral thesis “The Crossroads of Agribusiness: A Study on the Places of Women in the Sexual Division of Labor in the Rural Space of Saladillo” analyzes the roles occupied by women within the agribusiness model in rural Buenos Aires. From a multi-scalar perspective with a gender focus, the research combines tools from sociology and geography to understand how global transformations reshape labor relations and reinforce structural inequalities. Through a case study in Saladillo and interviews with rural women, it becomes evident that, despite their active participation in productive and technical tasks, their contributions are often rendered invisible or dismissed as mere "help." The thesis highlights how unequal access to resources, training, and recognition affects women differently, especially according to their social class. It advocates for a broad concept of work that includes care and unpaid labor, and underscores the need for public policies that acknowledge the central role of women in rural life and promote more equitable conditions.
Keywords: Gender, Rural work, Agribusiness.
Resumo: A tese de doutorado “Os cruzamentos do agronegócio: um estudo sobre os lugares das mulheres na divisão sexual do trabalho no espaço rural de Saladillo” analisa os papéis ocupados pelas mulheres no contexto do modelo do agronegócio na ruralidade da província de Buenos Aires. A partir de uma perspectiva multiescalar com enfoque de gênero, a pesquisa articula ferramentas da sociologia e da geografia para compreender como as transformações globais reconfiguram as relações de trabalho e reforçam desigualdades estruturais. Por meio de um estudo de caso em Saladillo e entrevistas com mulheres rurais, evidencia-se que, apesar da participação ativa em tarefas produtivas e técnicas, suas contribuições são frequentemente invisibilizadas ou consideradas como mera “ajuda”. A tese destaca como o acesso desigual a recursos, formação e reconhecimento afeta as mulheres de forma diferenciada, especialmente segundo sua classe social. Propõe-se uma noção ampliada de trabalho que contemple as tarefas de cuidado e o trabalho não remunerado, ressaltando a necessidade de políticas públicas que reconheçam o papel central das mulheres na vida rural e promovam condições mais equitativas.
Palavras-chave: Gênero, Trabalho rural, Agronegócio.
Datos de la tesis
Tesis realizada en el marco del Doctorado en Geografía de la Facultad de Filosofía y Letras, de la Universidad de Buenos Aires.
Directoras de tesis: Dra. Mariela Blanco y Dra. Melina Neiman
Jurado: Dr. Federico Villarreal, Dra. María Eugenia Comerci y Dra. Diana Lan
Fecha de defensa: 07/10/2024
Introducción
El punto de partida de la presente tesis de doctorado es indagar acerca las relaciones de producción y trabajo que toman lugar en el contexto de las transformaciones asociadas al desarrollo del modelo de agronegocio en Saladillo, provincia de Buenos Aires, que se caracteriza por su orientación hacia los mercados internacionales, un creciente proceso de concentración de la tierra y, especialmente, por la transformación en el uso productivo del suelo (Gras & Hernández, 2013; Palau, 2005; Reboratti, 2018). En este marco, nos propusimos estudiar, específicamente, los lugares que ocupan las mujeres, considerando que se trata de relaciones de producción y trabajo dinámicas, definidas a su vez por estructuras sociales y culturales.
Considerando que la producción de granos y oleaginosas, junto con la producción ganadera, se insertan en circuitos globales que proveen divisas a un país sometido a fuertes presiones financieras, resulta pertinente analizar a la provincia de Buenos Aires como una geografía global (Parnreiter, 2018). En este contexto, el espacio rural se configura en función del sistema productivo, no solo en términos de su vinculación con los mercados externos, sino también a través de una intensificación de las relaciones económicas que profundizan la concentración y reproducen desigualdades sociales como rasgos estructurales del territorio (Castro, 2018; Santos, 1993). El papel del capital financiero y el avance del modelo empresarial en las unidades de explotación agropecuaria constituyen dos elementos clave para comprender la expansión del agronegocio. Esta expansión no solo se consolidó en las zonas pampeanas, sino que también logró extenderse hacia regiones extrapampeanas, redefiniendo el mapa productivo nacional (Blanco & Neiman, 2020; Gras & Hernández, 2009; Sosa Varrotti & Frederico, 2018; Trpin & López Castro, 2020; Vértiz, 2015; Villulla, 2016).
La perspectiva de género habilita a analizar la forma particular en la que estas relaciones de producción y trabajo se dan en clave de división sexual del trabajo. Esta aparece vinculada a la distribución desigual del trabajo remunerado, mostrando que los trabajos agrarios remunerados se encuentran generizados y los mercados de trabajo agrícola, segmentados (Bonet, 2004; de Arce & França, 2019; Deere, 2006; Vázquez Laba, 2009). Las trayectorias laborales de las mujeres no son iguales que las de los hombres, sin embargo, su crianza en la ruralidad y su vida en el campo, son una muestra que sus saberes son compartidos. Para estudiar en profundidad qué lugares ocupan las mujeres en el modelo de producción del agronegocio, es preciso partir de un concepto de trabajo en sentido amplio. Esto es tomar en cuenta tanto trabajos remunerados como no remunerados (trabajo de cuidado y trabajo considerado como una “ayuda” a otro), con el fin de dar cuenta de su trayectoria de trabajo y superposición de obligaciones laborales.
En esta línea las preguntas centrales de investigación son: ¿Cómo se configuran las relaciones de género socio-espacialmente? ¿Cuál es el vínculo entre lo global y lo local en la configuración espacial? ¿Qué estrategias utilizan las mujeres para ocupar lugares en las relaciones de producción y trabajo del espacio rural de Saladillo? ¿Qué lugares ocupan las mujeres en un sistema de producción dominado por el agronegocio?
Para responder estas preguntas, nos planteamos los siguientes objetivos:
- Estudiar los lugares que ocupan las mujeres en el agronegocio, a partir de los cambios socio-espaciales (desde la década de 1990 hasta la actualidad).
- Analizar las relaciones locales de producción y trabajo, enmarcadas en una geografía global.
- Estudiar las formas en las que se manifiesta la división sexual del trabajo en el esquema global de producción del agronegocio
- Indagar acerca del vínculo entre la expansión del modelo del agronegocio y la configuración social del espacio rural en Saladillo
Recorrido hacia la elección del tema de investigación
El tema de investigación que aquí se presenta guarda una relación intrínseca con mi propia trayectoria de vida. En su desarrollo convergen diversas dimensiones que han atravesado mi experiencia personal y profesional: la ruralidad, vinculada a mi historia familiar; el género y el trabajo, desde una perspectiva nutrida por mis intereses políticos; y los diálogos teóricos entre la sociología y la geografía, como resultado de mi formación académica. En un intento por articular estas dimensiones personales con los ejes de indagación científica, el enfoque de esta tesis se define en torno al análisis de las relaciones de producción y trabajo en el contexto de la globalización, y las desigualdades de género que en dicho proceso se manifiestan. Estas temáticas se inscriben en un marco de estudio socioespacial, en el cual las relaciones laborales y de género son abordadas como fenómenos situados territorialmente.
No obstante, el punto de partida concreto de esta investigación se encuentra en el proyecto de la Unidad Ejecutora titulado “Estrategias de producción y reproducción social de las familias en Argentina: Trabajo, Educación, Religión y Salud en contextos sociales y territoriales heterogéneos”, en el cual me desempeñé como becaria doctoral entre los años 2017 y 2023. El partido de Saladillo, seleccionado como uno de los puntos muestrales rurales de la encuesta realizada en el marco del proyecto, constituye el territorio de estudio de esta tesis. Dicho relevamiento tuvo como objetivo central analizar las transformaciones acontecidas en las familias y hogares argentinos en los últimos treinta años, a partir de ejes como el trabajo, la economía doméstica, la educación y la religión.
Si bien el marco conceptual de dicha encuesta se organizaba en torno al análisis de la reproducción social de las familias, me llamó particularmente la atención cómo este proceso se encontraba profundamente atravesado por relaciones de género que estructuran y definen las dinámicas familiares. Este hallazgo inicial se constituyó en un insumo clave para la orientación de mi investigación, permitiendo vincular los procesos macroeconómicos y territoriales con las formas concretas que adoptan las desigualdades sociales y de género en la ruralidad bonaerense.
Saladillo fue el escenario donde realicé todo el trabajo de campo entre los años 2019 y 2021. La elección de este territorio como estudio de caso no fue aleatoria, sino que respondió a la confluencia de una serie de elementos observados en las primeras visitas al campo, que terminaron por consolidarlo como un espacio clave para la investigación. En la primera recorrida, llamó mi atención la notable cantidad de viviendas vacías, en contraste con una fuerte presencia de infraestructura productiva: desde grandes galpones destinados a sistemas de feedlot, hasta explotaciones agrícolas de distintas escalas dedicadas al cultivo de soja y trigo. Aun sin contar con lecturas previas específicas sobre el lugar, pude identificar una clara configuración productiva del espacio rural, orientada de manera dominante al agronegocio.
Al analizar los primeros resultados de las encuestas realizadas, emergió otro dato relevante: la mayoría de los productores de la zona optaban por una forma de producción mixta. Esta característica daba cuenta de una amplia diversidad de mercados laborales y formas de organización productiva, donde convivían estructuras familiares con modelos empresariales. Este entramado complejo ofrecía un campo fértil para el análisis socioespacial de las relaciones laborales.
Sin embargo, fue a través de una serie de visitas sucesivas que fui advirtiendo un aspecto clave para el enfoque de género de esta investigación: las mujeres ocupaban lugares marginales dentro de este sistema de producción. Así, Saladillo se presentaba como un territorio particularmente valioso para explorar no solo las transformaciones y continuidades del modelo productivo dominante, sino también los lugares que las mujeres efectivamente ocupan —y los que les son asignados— en el sistema hegemónico del agronegocio.
De este modo, el estudio se orientó no solo a comprender la dinámica estructural del modelo de producción rural, sino también a indagar críticamente en las relaciones de género que lo atraviesan, haciendo foco en las formas concretas de participación, exclusión y subordinación de las mujeres en los espacios de trabajo rural.
Abordaje conceptual del tema de estudio
Como se ha venido sosteniendo, esta tesis se propone analizar el marco general en el que se definen y reproducen los lugares de las mujeres en el espacio rural de Saladillo. Este análisis se aborda desde una perspectiva multiescalar, lo que implica considerar tanto las dinámicas globales como las locales en la construcción de dichos lugares.
El marco teórico de la investigación se estructura a partir del diálogo entre la sociología y la geografía. Desde la sociología, el primer eje teórico se centra en el análisis de la globalización como un proceso bifacético. Por un lado, incluye la constitución de procesos e instituciones con alcance explícitamente global —como la Organización Mundial del Comercio, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial—, y por otro, contempla aquellos procesos localizados en contextos nacionales que, sin embargo, están imbricados en redes y dinámicas transfronterizas, conectando actores y prácticas locales con la lógica global (Sassen, 2007).
Sassen (2007) sitúa el inicio de esta fase de la globalización en la década de 1980, identificándola como una nueva etapa del capitalismo avanzado, cuya característica central es la lógica de las expulsiones, asociada a la apertura de las economías nacionales y a la creación de entornos institucionalizados para la expansión de las empresas globales.
Desde la geografía, se retoman los conceptos de geografía global y análisis multiescalar para estudiar las articulaciones entre lo global y lo local (Parnreiter, 2018). En este sentido, se parte de la comprensión de que la globalización transforma la organización espacial de las relaciones de producción (Lefebvre, 2013; Massey, 1994; Soja, 1985). Por ello, el análisis se centra en las relaciones de producción y trabajo tal como se configuran en el territorio estudiado, permitiendo identificar cómo las dinámicas globales se traducen en configuraciones locales específicas (Massey, 1991; Santos, 1996).
Estas relaciones de dominación, en el espacio social, se expresan a través de los lugares ocupados por las personas, tanto en el espacio público como en el privado. Asimismo, se manifiestan en los roles y discursos que sostienen el modelo de producción dominante —en este caso, el agronegocio— y en la manera en que se silencia o deslegitima la participación de ciertos sujetos. Esto se traduce, entre otras cosas, en una división sexual del trabajo que se expresa socio-espacialmente.
Desde esta perspectiva geográfica, la tesis se propone estudiar la división sexual del trabajo en la ruralidad de Saladillo, indagando en los lugares que ocupan las mujeres en el espacio social. Esta línea de análisis responde a la necesidad de desnaturalizar una idea aun fuertemente arraigada en el imaginario social: que el campo es un espacio de y para los hombres. Si bien esta noción ha sido ampliamente discutida y superada en los ámbitos académicos, continúa reproduciéndose en la vida cotidiana a través del sentido común.
Los lugares que ocupan las mujeres en el espacio rural se definen, en gran medida, por los trabajos a los que acceden en los mercados laborales, así como por su participación en otros ámbitos sociales (Bonet, 2004; Goren, 2017; Varela, 2020). En este sentido, una cuestión a remarcar respecto del caso de estudio es el marco geográfico en el cual las mujeres, de acuerdo a su contexto socio-económico, se insertan en la vida económica de un lugar (Domosh & Seager, 2001; Ferrè & Serra, 2006; Massey, 1994, 2008; McDowell, 2000).
Aunque es posible reconocer un incremento de la presencia femenina en ciertas actividades, como las profesiones vinculadas al sector agropecuario, para la mayoría de las mujeres los cambios siguen siendo lentos y limitados. Ellas continúan siendo las principales responsables del trabajo doméstico y, a su vez, suelen desempeñarse como “colaboradoras” del trabajo remunerado de sus padres, hijos o esposos, sin percibir retribución económica alguna. Por ejemplo, participan de manera informal en actividades consideradas técnicas o comerciales: están presentes junto a sus maridos cuando un vendedor ofrece maquinaria agrícola, toman nota de precios o especificaciones, y muchas veces intervienen en la toma de decisiones sobre qué maquinaria adquirir para mejorar el rendimiento del campo, sin que su participación sea reconocida como trabajo productivo.
Este abordaje permite no solo visibilizar las desigualdades de género que estructuran la vida rural, sino también comprender cómo se entrelazan con las transformaciones globales del modelo agroproductivo, reforzando jerarquías y exclusiones en el territorio (Bonet, 2004; de Arce & França, 2019; Deere, 2006; Vázquez Laba, 2009).
Aspectos metodológicos
La presente investigación se llevó a cabo utilizando como base la teoría fundamentada, por su capacidad para articular la perspectiva de los actores sociales con los datos empíricos y el marco teórico propuesto (Soneira, 2006). Este enfoque metodológico cualitativo (Maxwell et al., 2019) permite construir interpretaciones fundamentadas en el análisis sistemático del material empírico, generando teoría a partir de los datos relevados.
En cuanto a la estrategia metodológica, se optó por el estudio de caso, dado que el fenómeno abordado —la configuración de los lugares que ocupan las mujeres en el espacio rural bajo el modelo del agronegocio— resulta relevante pero poco explorado desde las perspectivas teóricas que aquí se proponen (Neiman & Quaranta, 2006). Esta estrategia permite una comprensión profunda e integral del caso seleccionado, habilitando su análisis como expresión emblemática de un problema social más amplio. Además, el estudio de caso permite articular técnicas cualitativas y cuantitativas, combinando instrumentos como censos y entrevistas en profundidad. En total, se realizaron 23 entrevistas.
El diseño metodológico se estructuró en dos grandes momentos, atravesados por perspectivas complementarias del trabajo de campo que luego se integran en el análisis final.
Primera etapa: Exploración del espacio rural y caracterización del modelo productivo
Esta fase inicial tuvo como objetivo responder a la pregunta: ¿cómo se configura el espacio rural de Saladillo? Se trató de una etapa exploratoria orientada a conocer tanto el casco urbano como el ámbito rural del partido, con el fin de comprender la configuración socioespacial en función de las relaciones de producción y trabajo. Para ello, se realizaron entrevistas a informantes clave: un funcionario público (vicedirector de Desarrollo Local y productor agropecuario), dos productores medianos mixtos (con explotaciones de entre 1000 y 2000 hectáreas), y técnicos del INTA. Las entrevistas indagaron en las transformaciones del modelo de producción y trabajo en las últimas tres décadas, adaptando el enfoque temporal a la edad y experiencia de cada entrevistado.
Esta información fue complementada con datos censales de la provincia de Buenos Aires y del partido de Saladillo. Un hallazgo relevante de esta etapa fue que, en cada nuevo contacto generado para futuras entrevistas o visitas al campo, los interlocutores eran siempre varones. Estos hombres ocupaban los lugares estratégicos del modelo productivo local, lo cual evidenciaba una primera manifestación de la desigualdad de género en la ruralidad. Este hallazgo motivó el diseño de una segunda etapa de investigación focalizada en el lugar de las mujeres en este sistema.
Segunda etapa: Visibilización de las mujeres en el modelo productivo rural
Esta etapa buscó responder a las preguntas: ¿dónde están las mujeres?, ¿qué trabajos realizan?, ¿qué rol ocupan en las decisiones productivas? El punto de partida fue el análisis de datos censales con perspectiva de género, incorporando la variable sexo, que no estaba presente en los censos previos al año 2010 (poblacional) y 2002 (agropecuario). A partir de este análisis, se diseñó un relevamiento cualitativo con entrevistas en profundidad, orientado a reconstruir trayectorias laborales de mujeres insertas en distintos segmentos del sistema de producción local.
Las trayectorias relevadas abarcan desde la década de 1990 hasta la actualidad, dependiendo de la edad de las entrevistadas y de las historias laborales de sus entornos familiares. Se entrevistaron mujeres involucradas en diversas formas de producción: ganadera, agrícola y mixta. En una primera instancia, se identificaron tres maestras rurales. Posteriormente, surgieron contactos con profesionales del sector: tres ingenieras agrónomas y dos veterinarias. Con el objetivo de ampliar la muestra hacia trabajadoras manuales —menos visibilizadas— se realizaron entrevistas a dos empleadas de casas particulares y, tras una búsqueda más compleja, se logró entrevistar a tres mujeres que realizaban tareas como peonas rurales, así como a una domadora de caballos que también asumía algunas tareas propias del trabajo rural.
Además, se entrevistaron dos pequeñas productoras porcinas y una productora mediana que, si bien se autodefinía como "colaboradora" de su esposo, fue incluida en esta categoría por el reconocimiento social que la posicionaba como productora en la comunidad local. También se incorporó una contratista de servicios agropecuarios. La selección de los perfiles buscó representar de forma diversa y amplia el universo de mujeres involucradas en el sistema productivo rural. Las categorías que no pudieron incluirse en el trabajo de campo reflejan precisamente las dificultades de visibilización que enfrentan muchas mujeres en estos espacios.
El objetivo de este relevamiento fue construir una muestra representativa de los diferentes lugares que ocupan las mujeres en el sistema de producción local, permitiendo no solo describir sus trayectorias laborales, sino también analizar cómo esas trayectorias se entrelazan con las transformaciones socioespaciales del territorio, revelando las persistencias y tensiones en la división sexual del trabajo en la ruralidad.
Los lugares de las mujeres desde la configuración socio espacial de Saladillo
Comprender los lugares que las mujeres ocupan en la ruralidad pampeana exige prestar atención a las transformaciones estructurales que ha atravesado el territorio en las últimas décadas. En Saladillo, como en muchas otras regiones agrícolas de la provincia de Buenos Aires, el avance del modelo del agronegocio ha reconfigurado profundamente no solo la lógica productiva, sino también las formas de habitar, trabajar y vincularse con el espacio rural. Estas transformaciones no son neutras en términos de género: impactan diferencialmente sobre mujeres y varones, reproduciendo —y en muchos casos profundizando— desigualdades preexistentes (Bonet, 2004; Goren, 2017).
Desde esta perspectiva, el análisis que se presenta en este apartado se enfoca en desentrañar cómo se configura la división sexual del trabajo en el contexto específico de Saladillo, poniendo en diálogo las dinámicas globales del agronegocio con las formas locales de organización del trabajo y de distribución del poder. Lejos de entender el espacio rural como un mero escenario productivo, se lo aborda como un entramado complejo de relaciones sociales, donde el acceso a recursos, la visibilidad del trabajo y la participación en decisiones están profundamente atravesados por jerarquías de género y de clase.
A través del trabajo de campo y del análisis de las trayectorias de mujeres rurales, este apartado muestra no solo los obstáculos estructurales que enfrentan para insertarse en el modelo productivo dominante, sino también las formas cotidianas en que sostienen la vida, negocian su lugar y generan estrategias para disputar sentidos, recursos y reconocimiento. En este sentido, se trata de un esfuerzo por visibilizar y problematizar las relaciones sociales que configuran el espacio rural, haciendo foco en la dimensión territorial del género y en el papel activo de las mujeres como trabajadoras, gestoras y sujetas políticas.
Uno de los hallazgos centrales de la tesis es que el modelo del agronegocio ha producido profundas transformaciones en la organización del trabajo y del espacio rural. El avance de la soja, el feedlot y las nuevas tecnologías agrícolas ha provocado una concentración de la tierra y del capital, desplazando formas tradicionales de producción y afectando especialmente a los pequeños productores y trabajadoras rurales. En este nuevo contexto, el trabajo se torna más estacional, más tecnificado y más excluyente, generando nuevas formas de precarización y segmentación del mercado laboral. La tecnificación no ha supuesto una mejora para todas las personas por igual: ha tendido a favorecer a quienes ya contaban con capital económico y simbólico previo, profundizando las desigualdades existentes.
En el caso de las mujeres, la tesis demuestra que, a pesar de estar presentes en todas las dimensiones del trabajo rural, siguen siendo invisibilizadas en las estadísticas y en las narrativas dominantes. Su participación es constante pero frecuentemente catalogada como "ayuda familiar" o limitada al trabajo doméstico. Muchas mujeres trabajan en la administración de establecimientos, participan en decisiones productivas, colaboran en tareas técnicas, e incluso llevan adelante explotaciones por cuenta propia, pero estos aportes no se reconocen como trabajo en sentido pleno. Esta invisibilización se manifiesta también en la ausencia de políticas públicas específicas, de programas de capacitación adaptados y de redes de apoyo que les permitan desarrollarse profesionalmente en condiciones de igualdad (Dighiero, 2015).
Otro hallazgo importante es la heterogeneidad de las experiencias laborales femeninas, mediadas por la clase social, el acceso a la educación y la localización territorial. Las mujeres de sectores medios y altos, con formación técnica o universitaria, logran insertarse en espacios más visibles y mejor remunerados, como la veterinaria, la agronomía o la gestión empresarial. En contraste, las mujeres rurales de sectores populares suelen quedar confinadas a tareas no remuneradas, de cuidado o de asistencia informal, sin reconocimiento ni autonomía económica. Esta desigualdad se traduce en trayectorias laborales más inestables, fragmentadas y discontinuas, con escasas posibilidades de acumulación de capital social o profesional.
La investigación también muestra cómo el cambio tecnológico refuerza la exclusión de las mujeres del centro de las actividades productivas. La maquinaria agrícola moderna, los sistemas de gestión digital y los paquetes tecnológicos complejos suelen estar en manos de varones, quienes concentran el saber técnico y el acceso a la capacitación. Las mujeres entrevistadas relatan que no son convocadas a capacitaciones del INTA o que no tienen acceso a la formación que sí reciben sus pares varones. Esta barrera tecnológica reproduce la desigualdad y limita las posibilidades de inserción y ascenso laboral para las mujeres, quienes muchas veces deben recurrir al autoaprendizaje o al acompañamiento de varones de su entorno para adquirir conocimientos técnicos.
El análisis del trabajo de campo permite reconstruir una red conceptual donde los ejes "trabajo de la mujer en el campo", "cambios del agronegocio" y "vida en la ruralidad" se entrelazan. Las entrevistas reflejan que muchas mujeres sienten orgullo por su labor, pero también frustración por la falta de reconocimiento y por la carga simultánea de trabajo productivo y reproductivo. Las trayectorias de vida muestran una constante tensión entre el deseo de independencia y las estructuras patriarcales que condicionan su participación laboral. La naturalización del rol de las mujeres como cuidadoras sigue siendo un obstáculo para su plena inserción en el modelo agropecuario. Algunas mujeres encuentran estrategias para resistir estas imposiciones, formando redes de colaboración, participando en organizaciones territoriales o involucrándose en iniciativas de formación técnica y política.
Un aporte clave de la tesis es la problematización del concepto de trabajo desde una perspectiva feminista. Se propone una mirada amplia que incluya tanto el trabajo remunerado como el no remunerado, el trabajo de cuidados, las tareas de reproducción social y las actividades de apoyo en las explotaciones familiares. Desde esta óptica, se puede afirmar que las mujeres son pilares fundamentales del agronegocio, aunque sus aportes estén ocultos o sean minimizados. Reconocer este trabajo invisible es un paso esencial para avanzar hacia una mayor equidad en el mundo rural. Esta propuesta epistemológica invita a revisar críticamente los criterios que definen el empleo, la productividad y la contribución económica, abriendo paso a nuevas formas de valorar el trabajo que sostiene la vida.
En cuanto a la dimensión territorial, la tesis subraya que el espacio rural no es neutro ni homogéneo. Al contrario, está atravesado por múltiples tensiones y contradicciones. El modelo del agronegocio ha generado paisajes fragmentados, donde conviven grandes explotaciones tecnificadas con pequeños productores endeudados, y donde las desigualdades de género y clase se expresan con fuerza. Las mujeres habitan estos territorios de maneras diversas, resistiendo, adaptándose y generando estrategias propias para sostener la vida cotidiana. Esta diversidad de experiencias y saberes territoriales constituye una fuente de conocimiento valioso para pensar políticas públicas contextualizadas y sensibles a las realidades locales.
Reflexiones finales
Las conclusiones de la investigación destacan que la incorporación de una perspectiva de género es indispensable para comprender la ruralidad contemporánea. Las políticas públicas deben dejar de considerar a los varones como sujetos universales del agro y empezar a visibilizar y valorar el papel de las mujeres en todos los niveles del sistema agroproductivo. Esto implica, entre otras cosas, promover el acceso a la tierra, al crédito y a la formación técnica para las mujeres, así como diseñar programas específicos que reconozcan el trabajo no remunerado y fomenten la corresponsabilidad en los cuidados. También se requiere revisar los dispositivos de medición del trabajo rural, incorporando categorías que den cuenta de la diversidad de aportes femeninos a la economía del agro.
La ruralidad está atravesada y se define a partir de los lugares que ocupan las personas, las asociaciones, los grandes pooles de siembra, las grandes empresas de feedlot, cada uno de los corrales de cerdos, así como cada casa habitada por trabajadores o dueños de estancia. Las relaciones de trabajo emergen como relaciones dinámicas, que pueden modificarse de acuerdo con los avances tecnológicos, con las decisiones de organización productiva que toma el productor, y con las condiciones cotidianas de trabajo: características habitacionales, posibilidad de movilidad, entre otras.
La división sexual del trabajo no ocurre meramente en términos verticales, es decir, en términos globales, sino también horizontales, en cuanto a la configuración del espacio en lo local (Bonet, 2004). Las mujeres participan de los diversos ámbitos que hacen a la geografía global, tanto como tomadoras de decisiones, trabajadoras manuales y profesionales, pero sin embargo, parecen estar ocultas u ocultadas.
Entendiendo al trabajo en un sentido amplio, las mujeres viven en su cotidiano una yuxtaposición de tiempos y tareas. Aunque la organización del tiempo entre vida familiar y laboral es común a todos, en las mujeres aparece una gestión más fuerte respecto a garantizar el cuidado de infancias o adultos mayores. Combinan tareas del espacio privado (limpieza, cuidado) con el trabajo remunerado, y deben esforzarse más que los hombres para que sus lugares en los espacios públicos sean reconocidos y sostenidos. Algunos de los trabajos que realizan se consideran “ayuda” cuando los hacen ellas y no reciben remuneración. Hacer un poste, poner un alambrado, pintar una cerca, contar ganado —como esposas de trabajadores rurales— no tiene el mismo valor económico. Si fueran trabajadoras, percibirían menos que sus pares hombres. Las limitaciones son culturales antes que físicas. Mientras el trabajo que hacen las mujeres es “ayuda” cuando colaboran con un hombre, el trabajo de cuidado es “ayuda” cuando lo hacen ellos. Se reproduce así la división sexual del trabajo, definiendo el lugar que le corresponde a cada uno según cuál es su trabajo y cuál es considerado “ayuda”.
En la vida cotidiana, esto se expresa en las desigualdades de género y de clase que se habitan en la ruralidad. La división sexual del trabajo se manifiesta no solo por la separación entre espacio público (trabajo remunerado, ocupado por hombres) y espacio privado (trabajo no remunerado, ocupado por mujeres), sino como una relación social que no se configura de forma rígida: el espacio público también es ocupado por mujeres, aun cuando su presencia y sus aportes no siempre sean visibles o reconocidos en las estructuras tradicionales de poder y producción. Estas mujeres construyen, en sus trayectorias laborales y personales, espacios de resistencia y reconocimiento, desafiando los límites impuestos por las normas sociales y culturales de la ruralidad.
Asimismo, la tesis sugiere que el enfoque territorial debe recuperar las voces y experiencias de las mujeres para diseñar políticas más inclusivas y sustentables. Las entrevistas muestran que muchas mujeres poseen un conocimiento profundo del territorio, de los ciclos productivos y de las dinámicas sociales locales. Este saber situado es valioso no solo para el desarrollo económico, sino también para la construcción de comunidades rurales más equitativas y resilientes. Revalorizar estos conocimientos puede contribuir a democratizar el acceso a los espacios de decisión y a fortalecer el tejido social en zonas rurales.
Líneas a seguir en futuras investigaciones
Los hallazgos de esta tesis abren múltiples líneas para profundizar el análisis de las transformaciones rurales desde una perspectiva situada. En primer lugar, resulta pertinente avanzar en estudios comparativos entre distintos territorios rurales del país —tanto pampeanos como extrapampeanos— que permitan identificar continuidades y especificidades en la configuración de la división sexual del trabajo en contextos productivos diversos. Ello habilitaría la construcción de una cartografía más amplia de los modos en que el agronegocio reestructura las relaciones de género en el campo argentino.
Una segunda línea de indagación sugerida refiere al estudio de las estrategias colectivas que las mujeres rurales desarrollan para disputar poder, visibilidad y reconocimiento en los espacios agrarios. Explorar experiencias organizativas, cooperativas, sindicales o territoriales permitiría poner en valor formas de resistencia y construcción política que muchas veces permanecen fuera del radar de la investigación académica y de las políticas públicas.
Asimismo, se vuelve relevante profundizar el análisis de las condiciones materiales y simbólicas que limitan el acceso de las mujeres a recursos estratégicos como la tierra, el crédito, la formación técnica y la participación institucional. En este sentido, es necesario examinar cómo operan las políticas agrarias, los dispositivos del Estado y las estructuras del mercado en la reproducción de desigualdades de género en los territorios rurales.
Otra línea consiste en estudiar el impacto de las tecnologías digitales y de la agricultura de precisión en la redistribución de saberes, roles y poder dentro del mundo agrario. Analizar quién accede a estas herramientas, quién se apropia del conocimiento técnico y cómo se produce la exclusión (o inclusión) de las mujeres en estos procesos es clave para comprender los desafíos del agro contemporáneo.
Finalmente, futuras investigaciones podrían incorporar con mayor fuerza una perspectiva intergeneracional que dé cuenta de cómo las jóvenes mujeres rurales proyectan su vida en el campo, qué continuidades y rupturas trazan respecto a las generaciones anteriores, y qué deseos, obstáculos y posibilidades configuran sus trayectorias laborales, afectivas y políticas.
En conjunto, estas líneas de trabajo contribuirían a seguir desmontando los sentidos comunes que identifican al campo con lo masculino, al tiempo que permitirían construir nuevas agendas de investigación comprometidas con la justicia de género y la democratización del desarrollo rural
Bibliografía
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