Tesis

Migraciones, trabajo familiar y género: la horticultura en general Pueyrredon

Migrations, family work and gender: horticulture in General Pueyrredon

Migrações, trabalho familiar e género: a horticultura em General Pueyrredon

Guadalupe Blanco Rodríguez
Universidad Nacional de Mar del Plata /Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas, Argentina

Estudios Rurales. Publicación del Centro de Estudios de la Argentina Rural

Universidad Nacional de Quilmes, Argentina

ISSN: 2250-4001

Periodicidad: Semestral

vol. 13, núm. 28, 2023

estudiosrurales@unq.edu.ar

Recepción: 12 Septiembre 2023

Aprobación: 14 Septiembre 2023



Resumen: La tesis abordó el trabajo remunerado, doméstico y de cuidado que realizan las mujeres bolivianas y sus hijas en las quintas hortícolas de General Pueyrredon, poniendo en el centro del análisis a las personas y sus trayectorias. El foco estuvo en las experiencias de los trabajadores dentro de sus grupos domésticos y en las interacciones que establecen con la colectividad y los agentes estatales que circulan en el cordón frutihortícola, para observar las desigualdades y asimetrías que se constituyen entre ellos. La superposición de los espacios domésticos y de trabajo para el mercado que sucede en las quintas fue central para la tesis. En esa superposición, las actividades de la “vida pública” – trabajo remunerado- y de la “vida privada” –trabajo doméstico y de cuidado- se realizan en simultáneo y producen distintos efectos en sus trayectorias migratorias y laborales. En ese contexto, mostramos la división sexual del trabajo, los cambios que produjo en ella la mercantilización del trabajo de producción luego de la migración, mientras que analizamos como esa división sexual del trabajo, el estatus en lo familiar y la generación tienen efectos en el acceso a recursos y a las decisiones sobre el trabajo remunerado familiar. Por último, analizamos las formas en que los agentes estatales intervienen produciendo sentidos sobre el cuidado y la crianza en el marco de esa superposición de trabajos con jornadas extendidas y exigencias estacionales.

Palabras clave: migración, trabajo familiar, género, horticultura.

Abstract: The thesis addressed the horticultural, domestic and care work carried out by Bolivian women and their daughters in the horticultural farms of General Pueyrredon, placing people and their experiences at the centre of the analysis. The focus was placed on the experiences of the workers within their domestic groups and the interactions they establish with the community and the state agents that circulate in the fruit and vegetable sector, in order to observe the inequalities and asymmetries that are constituted between them. The overlapping of domestic and market work spaces that takes place in the farms was central to the thesis. In this overlapping, the activities of "public life" - paid work - and "private life" - domestic and care work - are carried out simultaneously and produce different effects on their migratory and labour trajectories. In this context, we show the sexual division of labour, the changes produced in it by the commodification of production work after migration, while we analyse how this sexual division of labour, family status and generation have effects on access to resources and decisions about paid family work. Finally, we analyse the ways in which state agents intervene to produce meanings about care and parenting in the context of this overlapping of jobs with extended working hours and seasonal demands.

Keywords: migration, family work, gender, horticulture.

Resumo: A tese abordou o trabalho hortícola, doméstico e de cuidados realizado por mulheres bolivianas e suas filhas nas fazendas hortícolas de General Pueyrredon, colocando as pessoas e suas experiências no centro da análise. O foco foi colocado nas experiências das trabalhadoras dentro dos seus grupos domésticos e nas interacções que estabelecem com a comunidade e com os agentes estatais que circulam no sector hortofrutícola, de modo a observar as desigualdades e assimetrias que se constituem entre eles. A sobreposição dos espaços de trabalho doméstico e mercantil que ocorre nas roças foi central para a tese. Nesta sobreposição, as actividades da "vida pública" - o trabalho remunerado - e da "vida privada" - o trabalho doméstico e de cuidados - são realizadas em simultâneo e produzem diferentes efeitos nas suas trajectórias migratórias e laborais. Neste contexto, mostramos a divisão sexual do trabalho, as alterações nela produzidas pela mercantilização do trabalho produtivo após a migração, ao mesmo tempo que analisamos como esta divisão sexual do trabalho, o estatuto familiar e a geração têm efeitos no acesso aos recursos e nas decisões sobre o trabalho familiar remunerado. Por fim, analisamos as formas como os agentes do Estado intervêm para produzir significados sobre os cuidados e a parentalidade no contexto desta sobreposição de empregos com horários de trabalho alargados e exigências sazonais.

Palavras-chave: migração, trabalho familiar, género, horticultura.

Preguntas y Problemas: Una Tesis Sobre Migraciones, Horticultura y Género

A partir de 1970 en Argentina, el trabajo hortícola se constituyó como sector productivo asociado a las migraciones bolivianas que, aunque comenzaron con un alto índice de masculinidad, desde hace décadas se caracterizan por ser familiares (Benencia, 2017). El carácter familiar que fue adquiriendo la migración proveniente de Bolivia se vinculó al trabajo en los cordones frutihortícolas, los hornos de ladrillo, los talleres textiles, la venta ambulante y la construcción[1]. La definición de una migración como familiar implica que, a diferencia de lo que puede observarse en otros desplazamientos, exista la presencia de los hijos en los lugares de destino. Por supuesto, esto no significa que no haya bolivianos que migren solos y tampoco supone que migren todos juntos. En muchos casos, los varones llegaban primero y posteriormente arribaban las mujeres con sus hijos, si es que la pareja ya los tenía. En otros, recién tuvieron hijos aquí.

En el marco de estas migraciones familiares, nuestra tesis doctoral tuvo como objetivo analizar las experiencias de trabajo en la horticultura de las mujeres migrantes bolivianas y mujeres hijas de migrantes. Fijamos nuestra atención en el trabajo realizado en el mundo familiar, tanto el doméstico y de cuidados, como su articulación con el trabajo para el mercado. En las quintas hortícolas, las viviendas suelen estar dentro de los predios de las quintas. Por ello, los espacios domésticos y de trabajo remunerado suelen superponerse y el espacio doméstico cobra gran relevancia para comprender las desigualdades que se producen allí. Cómo conciliar las lógicas de lo doméstico con la producción hortícola es un aspecto que atraviesa los testimonios y se volvió uno de los ejes centrales para analizar el trabajo de las mujeres en ese contexto. A su vez, la superposición da lugar a la presencia de los niños en los espacios de trabajo y, por ende, a la preocupación por sus cuidados. Poner la atención en el trabajo familiar que se realiza en las quintas hortícolas, entonces, supuso problematizar una dimensión que ha sido poco abordada en las investigaciones sobre migraciones limítrofes, y se asocia a los procesos y los tiempos específicos del trabajo hortícola y la forma en que la producción se realiza en simultáneo con el trabajo doméstico y de cuidado[2].

Cabe destacar que en las migraciones internacionales, el estudio de los trabajos domésticos y de cuidado no remunerados que realizan las mujeres y su articulación con el trabajo para el mercado se ha focalizado en las cadenas globales de cuidado/circulación de cuidado y han hecho hincapié en quiénes migran solas a trabajar del sur hacia el norte global y dejan a los/as niños/as con otras personas, que suelen ser mujeres de la familia (Baldassar & Merla, 2015; Hochschild, 2008) . En este caso, analizamos una migración —del sur hacia al sur— en la que los niños migran con su grupo doméstico o nacen en el lugar de destino, y pusimos el foco en las experiencias de mujeres que han ocupado un lugar marginal en los estudios de migraciones y género (Mallimaci, 2011), y suelen cuidar y criar sin la ayuda de otras personas en un espacio donde el trabajo para el mercado y el trabajo doméstico se superponen.

Esto es relevante porque las investigaciones sobre cuidado señalan que algunas integrantes de las familias —abuelas, tías, hermanas— se han erigido como el principal sostén ante el déficit de políticas públicas de cuidado en la región (Rodriguez Enriquez & Marzonetto, 2016). Ahora bien, en la migración que implica la presencia de los niños en el lugar de destino, estas ayudas no siempre están disponibles. En ese sentido, en primer lugar, la tesis analizó las redes que se constituyen entre familiares, parientes y paisanos en la horticultura y propuso algunos interrogantes ¿Qué rol tienen el parentesco y el paisanaje en la inserción laboral y la sostenibilidad de la vida de los migrantes bolivianos y sus descendientes en las quintas hortícolas? ¿Cómo se redefinen familia y parentesco en el marco del proceso migratorio de quienes se insertan en este tipo de producción? ¿Cómo funcionan las redes migratorias en relación con el trabajo doméstico y el cuidado? ¿Qué desigualdades se estructuran en esos procesos? ¿Qué vínculos se establecen entre las familias y la colectividad en este marco?

Los estudios de género y feministas demostraron que atender a las experiencias de las mujeres y el trabajo implica necesariamente preguntarnos por las actividades que se realizan para el mercado y las que se realizan en el mundo doméstico, teniendo en cuenta cómo pueden superponerse (Barrere Maurisson, 1999). Especialmente, porque el género y la división sexual del trabajo producen jerarquías que ubican a los hombres, las mujeres y los niños en determinadas posiciones dentro de la familia y en la organización de esos trabajos. En este caso, aunque la superposición entre el espacio doméstico y de producción hortícola existía antes de la migración laboral, la mercantilización de la producción cambió las lógicas a través de las que se organiza el trabajo que realiza el grupo doméstico y permite problematizar las transformaciones y relaciones que se producen entre las esferas del trabajo y la familia al desplazarse hacia otro país. A partir de estas ideas, la tesis se centró en los siguientes interrogantes: ¿Qué implica la superposición entre la casa y el espacio laboral en el contexto migratorio? ¿Cuáles son sus características? ¿Qué consecuencias tiene para los distintos integrantes del grupo doméstico? ¿Qué implica la presencia de los niños en los espacios de trabajo? ¿De qué manera la mirada sobre el dinero permite ver las asimetrías en el espacio familiar?

Ahora bien, poner el foco en la superposición entre la casa y la quinta, que produce la presencia de los niños en los espacios de trabajo, también volvió evidente que para comprender los distintos trabajos realizados por las migrantes y sus hijas no bastaba con observar la distribución de esos trabajos entre los miembros de las familias y los sentidos que ellos les otorgaban a esos trabajos. Las interacciones con los agentes estatales también eran muy importantes, ya que mostraban desigualdades y jerarquías que se establecen a partir del trabajo, pero que implican relaciones entre los miembros del grupo doméstico y otros actores. En este punto, nos centramos en los sentidos que le otorgan los agentes estatales al origen migratorio y a la “cultura” de los migrantes, que dan forma a representaciones generales sobre el trabajo hortícola y de cuidado. ¿Cuáles son los agentes estatales con los que negocian los migrantes? ¿Qué nociones de cultura intervienen en el encuentro entre los migrantes y la estatalidad? ¿Cómo circulan los discursos estatales en este espacio laboral? ¿Qué desigualdades y jerarquías se generan entre migrantes y nativos a través de esos discursos? ¿Cómo operan en los sentidos y las prácticas del cuidado? Fueron algunos de los interrogantes centrales en la última parte de la tesis.

Sobre La Metodología De La Tesis

La tesis fue pensada a través de diversos registros de datos. En primer lugar, accedimos a la información a partir de los mismos actores, haciendo hincapié en lo que sostienen y construyen como la propia experiencia, principalmente, a través de estrategias cualitativas que describiremos más adelante. En segundo lugar, nos apoyamos en registros cuantitativos sobre las migraciones hacia Argentina y General Pueyrredon, que han servido para situar estas experiencias y comprenderlas en el contexto en el que se desarrollaron. Específicamente, hemos mostrado cómo los testimonios que dan cuerpo a la tesis se enmarcan en procesos migratorios más amplios. Utilizamos registros censales y datos de las oficinas de estadísticas municipales y provinciales. En tercer lugar, revisamos portales digitales y diarios locales y nacionales para analizar cómo se informaron algunos sucesos sobre las quintas hortícolas y, en las secciones de la tesis en las que retomamos interacciones de los migrantes con los agentes de la justicia incorporamos el portal de noticias del Ministerio Público Fiscal de la Nación, para abordar la voz pública de ese organismo y las posturas que difunde en sus canales de comunicación.

El trabajo de campo comenzó a principios de 2017 y se extendió hasta 2020. Las estrategias cualitativas a las que recurrimos fueron entrevistas y observaciones participantes en espacios frecuentados por migrantes. Realizamos entrevistas a diversos miembros de la colectividad boliviana que reside en General Pueyrredon: quinteros, personas que viven y trabajan en la ciudad y miembros de la comisión directiva del Centro de Residentes Bolivianos en Mar del Plata. Todos los casos que retomamos en el análisis correspondieron a migrantes que se encuentran asentados en General Pueyrredon hace diez años o más, y se quedaron definitivamente en Argentina[3].

Entrevistamos a veinticinco varones y mujeres de la colectividad, todos mayores de dieciocho años. No obstante, más allá de las entrevistas formales, estos contactos también implicaron incontables conversaciones informales con otros integrantes de sus grupos domésticos.

Concurrimos a las quintas para realizar algunas de las entrevistas y, gracias a eso, hemos podido observar y tener nociones concretas de su extensión, tamaño, su cercanía o lejanía con los hogares y situar el relato de quienes trabajan allí. Además, la observación participante en espacios institucionales concretos ha sido una herramienta importante para conocer las experiencias de manera directa, más allá de lo que describieron las personas entrevistadas. Específicamente, participamos en distintas actividades del Centro de residentes que se encuentra en Mar del Plata: fiestas, reuniones y actos. Allí tuvimos la posibilidad de participar de conversaciones y situaciones que han enriquecido significativamente el trabajo de campo. En las conversaciones cotidianas que se dan en esas actividades las personas narran su vida, expresan sentimientos y relatan situaciones por las que han pasado de forma distendida, lo que permite conocer partes de sus experiencias a las que no accederíamos de otro modo. En esos momentos circulan historias privadas, anécdotas, chistes, discusiones que se han tenido con otros, enojos y rumores, que nos permiten entender en profundidad la “intimidad” de los actores y los procesos que analizamos.

La observación participante, además, nos llevó a recorrer eventos donde las personas que trabajan en las quintas hortícolas, miembros de la comunidad universitaria y algunos agentes judiciales de la ciudad desplegaron sus opiniones, interrogantes y análisis sobre el cordón frutihortícola y quiénes se desempeñan allí. Esos eventos nos han permitido desentramar las formas en que se construyen discursos sobre las migraciones, su vínculo con la horticultura y los distintos trabajos que se realizan en ese marco, ya sean remunerados, domésticos o de cuidado.

Por último, el análisis que llevamos a cabo a partir de las estrategias cualitativas y cuantitativas que describimos estuvo guiado, en gran medida, por las herramientas que proporciona el análisis interseccional. Pensar en la co-constitución del género, la clase, la racialización de algunas poblaciones, la sexualidad o el origen migratorio, permite entender cómo las desigualdades se producen en forma simultánea. Estos aportes son fundamentales para analizar las experiencias de trabajo familiar y, específicamente del trabajo de cuidado que se realiza en el medio familiar rural, que están atravesadas por la migración limítrofe. El enfoque interseccional permite realizar un análisis atento a la situación general de las personas: origen migratorio, género, lo que se entiende como “cultura” de las personas, la clase, edad, sexualidad, pueden ser analizadas en su co-constitución, evitando una mirada parcializada de su situación. Finalmente, estas herramientas nos permitieron entender y reconstruir cómo, en este caso, la intersección de esos clivajes de desigualdad, derivadas en múltiples discriminaciones, obstaculiza el acceso pleno a los derechos y a la justicia.

Reflexiones finales de la tesis

Redes Migratorias, Familia y Trabajos

Como destacamos al principio, la tesis se basó en una serie de preguntas y problemas para los que presentamos algunas respuestas. Específicamente, hemos mencionado tres grupos centrales de interrogantes. Para el primer conjunto de preguntas, vinculadas centralmente al rol de las redes para el acceso al trabajo remunerado y la resolución de los trabajos domésticos y de cuidado, los cambios operados en la familia luego de la migración y los vínculos que se establecen entre los trabajadores hortícolas y la colectividad, hemos esbozado algunas respuestas. En los primeros capítulos, la tesis mostró cómo, aunque estudios previos habían destacado a las redes entre migrantes como beneficiosas para el acceso al trabajo hortícola remunerado, no habían puesto el mismo énfasis en evidenciar las desigualdades y obligaciones que se producen en esas redes. La confianza que deviene de la familiaridad y los sentidos que construyen a los migrantes como poseedores de una mayor capacidad de trabajo, sumados a las flexibilidades propias de los mercados de trabajo hortícolas, pueden producir exigencias excesivas en el trabajo. En ese sentido, si bien las redes entre parientes y paisanos producen el acceso al empleo, no necesariamente garantizan que suceda en trabajos con salarios fijos, seguridad social y dentro de los márgenes de las leyes que regulan el trabajo. Ahora bien, aunque evidenciamos las desigualdades que surgen en estos procesos, la tesis mostró que muchas veces, las categorías – principalmente la categoría de explotación- que se utilizan para establecer la legalidad o la ilegalidad de las prácticas en el trabajo hortícola invisibilizan las estrategias que pueden llevar a cabo los migrantes para sostener sus vidas en los lugares de destino y las inequidades que enfrentan en esos procesos.

A su vez, sobre esta primera serie de interrogantes, la tesis mostró que las obligaciones y desigualdades que se producen en las redes migratorias no responden solo al trabajo remunerado. Del mismo modo que los migrantes ayudan a otros a migrar y a conseguir empleo, se producen obligaciones que establecen cómo se debe ayudar posteriormente en otras instancias, que principalmente responden a la realización de trabajo comunitario en las fiestas tradicionales o al ayudar a otros paisanos que pueden pasar por situaciones desfavorables. Sobre todo, esto sucede cuando alguien ha sido exitoso en los trabajos que se consideran parte de “lo boliviano” como es la horticultura. Ayudar es una fuente de “capital moral” (Wilkis, 2013, p. 26) en la colectividad, especialmente si los recursos económicos con los que se cuenta han sido ganados a través de esos empleos. Las obligaciones que se producen en estos casos varían en torno a la generación, el género y el estatus en el trabajo. Mientras que de los quinteros exitosos se espera que aporten dinero, de las mujeres se demanda también la realización de la mayor parte del trabajo comunitario, que principalmente tiene que ver con la organización de las festividades tradicionales de Bolivia o las fiestas para las vírgenes. En esos casos, la preparación de alimentos, la limpieza, la organización y la gestión suelen ser tarea de las mujeres más adultas de la colectividad, a quienes se considera poseedoras de los saberes necesarios para realizarlas. En relación con esto, nuestra tesis evidenció que, si bien en este proceso se constituyen desigualdades de género y generación, también las mujeres ganan el estatus que no se habilita para ellas en la misma medida que para los varones en los trabajos remunerados. Aunque es un trabajo que continúa lo que se realiza en la esfera doméstica, al desarrollarse en el plano público y para la colectividad, dota de “capital moral” (Wilkis, 2013, p. 26) y estatus a las mujeres que los realizan. En ese sentido, al igual que en los trabajos remunerados y aunque de modos desiguales y produciendo conflictos, los recursos circulan tanto para las migraciones laborales como para garantizar el trabajo comunitario y el sostenimiento de las tradiciones.

Ahora bien, la tesis también evidenció que esto no sucede con el trabajo doméstico y de cuidado, que no suele ser, por ejemplo, considerado central a la hora de alentar la migración de otros parientes o paisanos, aunque su realización sea fundamental para que las personas puedan insertarse en el mercado de trabajo. Si bien los trabajos remunerados y comunitarios se nutren de recursos que circulan en las redes migratorias, el trabajo doméstico y de cuidados es resuelto entre los miembros más cercanos de la familia y, generalmente, comienza a repartirse luego de que las hijas crecen, o las hermanas van pudiendo colaborar en él. Nuestro trabajo de campo volvió evidente que, si bien algunas personas pueden migrar para colaborar con el trabajo de cuidado, esa migración no tiene la relevancia de aquella que tiene como fin la inserción en la horticultura. Del mismo modo, si bien circulan recursos para el trabajo remunerado y comunitario, eso no sucede con el trabajo doméstico y de cuidados, que incluso puede ser considerado un gasto. Como hemos mostrado, esto tiene que ver con cómo se construyeron estos trabajos en relación con los que se realizan para el mercado, como carentes de valor y separados del acceso a dinero o al capital. Esos sentidos se reproducen en las redes migratorias y se encuentran también en las quintas hortícolas, donde, sujetas a los tiempos del trabajo rural y a la estacionalidad del trabajo, las mujeres cuidan mientras realizan las tareas hortícolas, lo que produce para ellas una sobrecarga de trabajos que son difícilmente conciliables.

Trabajo doméstico, de cuidado y para el mercado en las quintas hortícolas

Analizar las tareas de cuidado de las mujeres migrantes y sus hijas formó parte del segundo grupo de interrogantes que destacamos en la introducción. En los capítulos tres y cuatro de la tesis nos preguntamos cuáles son las consecuencias de la superposición entre la casa y la quinta, cómo es la división sexual del trabajo allí, como circulan los recursos y el dinero entre los miembros de la familia y qué desigualdades surgen en esos procesos. Recuperamos estudios previos que habían evidenciado que en las quintas hortícolas el trabajo se divide de manera desigual, poniendo a las mujeres como responsables de mayores cantidades de trabajo que a los hombres. Sin embargo, también mostramos que el proceso que generó estas desigualdades había quedado invisibilizado. En general, mientras los estudios han dado cuenta de la división sexual del trabajo e hicieron hincapié en que las mujeres trabajaban más que los hombres, no mostraron cómo fue que el proceso de trabajo se había transformado produciendo esas desigualdades posteriormente a la migración.

En ese punto, pusimos el foco en cómo la división sexual del trabajo se profundizó con la mercantilización de la producción luego de la migración, que demandó un trabajo de producción intensivo por parte de todos los miembros del núcleo familiar, mientras que lo doméstico y el cuidado continuaron siendo obligaciones exclusivas de las mujeres.

Específicamente, analizar las estrategias que, en consecuencia, las mujeres llevan a cabo para coordinar las distintas tareas que deben realizar, ya sean domésticas o para el mercado volvió evidente que, antes de migrar, las mujeres se dedicaban a la cría de animales para autoabastecimiento, al cuidado de sus hijos, y no se involucraban demasiado en las tareas de cultivo. Sin embargo, luego de migrar, el trabajo de agricultura se mercantilizó y generó la participación de toda la familia, que debía cumplir con los plazos del mercado y, en muchos casos, de los patrones. Las mujeres, que antes se dedicaban a otras actividades como las productivas para autoabastecimiento, cocinar o el cuidado de sus hijos, posteriormente a la migración, debieron trabajar en la producción de verduras a la par de los varones. Si bien esto cambió los roles, no lo hizo en un sentido en el que las tareas fueron distribuidas equitativamente, sino que las mujeres pasaron a ser responsables de más trabajo. La mercantilización del trabajo vinculado a la producción de verduras produjo una división sexual del trabajo que convirtió a las mujeres en trabajadoras hortícolas, pero, que también produjo que cuiden a sus hijos y se encarguen de las tareas domésticas en simultaneo.

Luego de la migración, las tareas domésticas comenzaron a realizarse disponiendo de menos tiempo y, aunque algunas actividades como el lavado de platos o el aseo de la casa pueden dejarse para más tarde, no sucede lo mismo con el cuidado de los niños. Por eso, más allá de las estrategias que se toman para realizar todos los trabajos en sí mismos y en simultáneo, lo que esto evidencia es la relevancia que tiene para las mujeres que trabajan en la horticultura el cuidado de sus hijos, porque, en buena medida, poder resolver ese cuidado también significa que lograrán realizar sus tareas en la producción hortícola. El trabajo doméstico en general, y el de cuidado en particular, se vuelven centrales para comprender sus experiencias, ya que se presentan como una de sus principales preocupaciones, especialmente, respecto de la seguridad de sus hijos y lo expuestos que pueden estar a accidentes por la maquinaria o los agroquímicos que se utilizan en las quintas.

En el análisis de la división sexual del trabajo, las investigaciones utilizaron los conceptos de “reproductivo” y “productivo” para mostrar que las mujeres realizan, a diferencia de los hombres, dos tipos de trabajo en las quintas. Sin embargo, en la tesis analizamos como estas categorías invisibilizan el trabajo doméstico que realizan las mujeres porque en las quintas, como se ha señalado previamente para otros trabajos que se realizan en los ámbitos urbanos, lo productivo refiere al cultivo de verduras, donde no tiene lugar el trabajo que se realiza en el ámbito doméstico. A simple vista, sostener que realizan tareas reproductivas y productivas implica pensarlas como actividades separadas. Lo reproductivo refiere a lo doméstico, y las productivas refieren a las actividades que se llevan a cabo en las quintas, lo que no permite dar cuenta de que se realizan en simultaneidad, a través de distintas estrategias. En ese sentido, la tesis sostiene que es más preciso pensar en trabajos domésticos, de cuidado y para el mercado que se realizan en simultáneo en los espacios de producción hortícola.

Ahora bien, las consecuencias de la superposición de los espacios domésticos y de trabajo para el mercado, sumados a los tiempos específicos del trabajo hortícola son diversas y no se agotan en la distribución de los trabajos. Tanto cuando las familias trabajan a través de la mediería como cuando realizan trabajo familiar, los ingresos de dinero se reciben de una sola vez, luego de la venta de las verduras. Pero, como la distribución de ese dinero no está determinada de ante mano, en el marco de la familia, pueden producirse desigualdades en la distribución. Como mostramos en la tesis, en el trabajo hortícola, esas desigualdades se generan en relación con lo que se espera de cada miembro de la familia y, en base a la cantidad de trabajo para el mercado que realiza cada uno. Los hombres, que son considerados trabajadores hortícolas a tiempo completo pueden tener una mayor injerencia en las decisiones sobre el dinero, que, aunque no implica que los jóvenes y las mujeres no puedan decidir sobre él, o no lo reciban, genera desigualdades en el marco de los grupos domésticos que trabajan en las quintas.

El dinero se va distribuyendo entre quienes realizan trabajo familiar para el mercado. En el mismo proceso de trabajo, se generan marcaciones en las actividades que se consideran o no trabajo, de quienes reciben más o menos recursos por su estatus dentro de lo familiar o tienen más posibilidades de decidir cuándo y qué trabajos realizar. En primer lugar, las tareas domésticas son marcadas como no trabajo, por ser realizadas por mujeres y no ser remuneradas, mientras que las tareas que se consideran mayormente realizadas por los varones y se asocian al ingreso de dinero, son comprendidas como trabajo. En segundo lugar, las mujeres, los jóvenes, o los parientes que forman parte del grupo doméstico tienen posibilidades de decidir en el trabajo dependiendo del estatus que tienen en lo familiar. En ese sentido, mientras menos trabajan en la horticultura, menos deciden sobre sus frutos, mientras que, a menor estatus dentro de la familia, es posible que tengan poco poder de decidir qué trabajos realizar y cuándo. En este sentido, la tesis muestra que en las quintas hortícolas la familia puede funcionar como “campo” o como “cuerpo” (Bourdieu, 1994, p. 7) según el caso y que se constituye como un espacio desigual y jerárquico donde las asimetrías se establecen en base al género, la generación y el estatus en la familia y la participación en el trabajo familiar remunerado.

A través del análisis de los usos y significados del dinero, la tesis propuso una forma diferente de analizar la circulación de los dineros en los estudios migratorios y de cuidado, ya que el centro de las reflexiones ha estado en el análisis de las remesas y las formas en que el dinero circula en las familias cuando los miembros se separan. Si bien eso permitió mostrar que las mujeres lograban convertirse en proveedoras, cambiando su estatus dentro de la familia, supuso quitar la atención de otras situaciones en las que el dinero es relevante en los vínculos de las familias en los procesos migratorios y que producen desigualdades aun posteriormente a la migración conjunta.

Migrantes y agentes estatales en las quintas hortícolas

Por último y como adelantamos en la introducción, la tesis se centró en un tercer grupo de interrogantes vinculados a cómo los trabajadores hortícolas migrantes y sus hijos interactúan con distintos agentes estatales y la importancia que tienen esas interacciones para comprender las formas en que se organiza el trabajo familiar, tanto doméstico, de cuidado y para el mercado. El foco en la superposición de la casa con la quinta nos permitió evidenciar que el trabajo de cuidado que realizan toma carácter público y es discutido por distintos agentes estatales. En esa superposición los límites entre lo público y lo privado se vuelven difusos y los agentes estatales intentan regular dos situaciones que creen que deberían estar separadas – cuidado de los niños y trabajo- pero que en las quintas hortícolas se realizan en simultáneo. Específicamente, nuestro trabajo de campo mostró que el cuidado se vuelve foco de intervención porque se realiza en un lugar que se supone “inadecuado”, como es el espacio de producción hortícola. En ese sentido, la simultaneidad de los trabajos suele producir lecturas que vinculan la presencia de los niños en las quintas- y por ende en el trabajo productivo- con “trabajo infantil”[4] y no con la necesidad de cuidar a los niños que expresan las migrantes.

En este punto, la tesis muestra que los agentes estatales construyen sus principales preocupaciones sobre el cuidado de formas diferentes a las de las mujeres que trabajan en las quintas. Mientras ellas se muestran más preocupadas por que sus hijos sufran accidentes, los agentes estatales – en especial las docentes de los niños y los profesionales de la salud de algunos Centros de Atención Primaria cercanos a las quintas- se preocupan por la presencia de “trabajo infantil” en las quintas y las consecuencias que eso puede tener para los niños. Los agentes estatales sostienen que, en muchos casos, los niños no acuden a los turnos médicos, o se ausentan más de la escuela por el trabajo que realizan en el campo junto a sus familias, al que leen a través de la categoría de trabajo infantil. Nuestra tesis evidencia que esas dificultades en la escolarización y en la atención médica existen y lo hace a través de los testimonios de las trabajadoras entrevistadas. No obstante, las problemáticas que tienen los niños para acceder a las instituciones forman parte de un entramado de desigualdades que no solo se vinculan al trabajo de los niños. Las instituciones, muchas veces organizadas para formas de vida que no contemplan el tipo de jornada laboral que requiere la horticultura, generan trayectorias educativas problemáticas para quienes están en las quintas, que posteriormente son responsabilizados por esas dificultades.

Nuestro trabajo de campo también evidenció que, en general, los vínculos entre el cordón frutihortícola y el municipio se dan a través de otros agentes, como investigadores y extensionistas, que recogen los testimonios de los docentes y expresan que para que los niños de las quintas estén cuidados es necesario erradicar el trabajo infantil. En estos casos, se producen discursos que ponen a los niños como víctimas y a los padres como victimarios, niños que solo pueden ser salvados a través de la intervención estatal. En ese sentido, la diferencia cultural se construye como algo peligroso que debe ser cambiado a través de la intervención de los agentes, y los miembros de la colectividad son vistos de una forma condescendiente – es decir, no como pares que pueden explicar sus experiencias de vida y trabajo-, que solo podrán mejorar la legalidad de sus prácticas laborales y el cuidado de sus hijos si acceden a ser educados por los agentes del Estado.

Las intervenciones del municipio suelen estar construidas también en una clave que supone que el cuidado es opuesto al “trabajo infantil”. En los debates que se dan dentro de las instituciones del Poder Ejecutivo local, las personas de la colectividad que trabajan en las quintas no suelen participar, más allá de la intervención de algunos referentes de la colectividad, como mostramos en el capítulo cinco. En relación con eso, poner el foco en la superposición de los espacios domésticos y de cuidado, en sus tiempos de trabajo y no solo en la división sexual del trabajo en las quintas fue relevante porque permitió desentramar desigualdades en la colectividad y las familias en relación con el trabajo y mostrar cómo se construía el estatus de los migrantes en el plano externo a la colectividad y en la relación con los agentes estatales. Al observar la división sexual del trabajo, se vuelven evidentes las desigualdades que se producen entre los hombres y las mujeres en las quintas. Sin embargo, al poner también el foco en la superposición y en los tiempos del trabajo, la relación que tienen los migrantes con los agentes se vuelve central para comprender sus experiencias.

Al mostrar la relación con los agentes estatales, nuestro trabajo de campo evidenció que, cuando se juzga a la legitimidad de sus trabajos remunerados, se suele poner el foco en los varones adultos, mientras que cuando se observa el cuidado de los niños, su vínculo con “trabajo infantil” y la escolaridad” el eje se centra en las mujeres, quienes encuentran sus prácticas de cuidado bajo una constante vigilancia. En ese marco, se volvió posible discutir cómo esos procesos que atraviesan la vida de los migrantes y su posibilidad de expresarse sobre ellos en las instituciones estatales remiten a procesos más amplios de la construcción de su ciudadanía, atravesados por la constitución de esos flujos migratorios limítrofes y latinoamericanos como no deseados y vinculados a los delitos a lo largo de la historia.

Datos de la tesis

Tesis realizada en el marco del doctorado en Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad Nacional de Quilmes

Directora: Dra. Inés Pérez

Fecha de defensa de la tesis: 10 de mayo de 2022

Jurados: Dra. Ana Inés Mallimaci, Dr. Germán Quaranta y Dra. María Bjerg

Referencias

Baldassar, L., y Merla, L. (Eds.). (2015). Transnational Families, Migration and the Circulation of Care: Understanding mobility and absence in family life. Routledge.

Barrere Maurisson, M.-A. (1999). La división familiar del trabajo. La vida doble. Lumen/Humanitas.

Benencia, R. (2017). Inmigración y economías étnicas. Horticultores Bolivianos en Argentina. Editorial Académica Española.

Bourdieu, P. (1994). Espiritu de familia. En Raisons pratiques sur la théorie de l’action (pp. 135-145). Editions du Seuil.

Hochschild, A. R. (2008). Amor y Oro. En La mercantilización de la vida íntima. Apuntes de la casa y el trabajo (pp. 269-283). Katz ediciones.

Mallimaci, A. I. (2011). Migraciones y géneros. Formas de narrar los movimientos por parte de migrantes bolivianos/as en argentina. Estudos Feministas, 19(3), 751-775. https://doi.org/10.1590/S0104-026X2011000300006

Rodriguez Enriquez, C. R., y Marzonetto, G. (2016). Organización social del cuidado y desigualdad: el déficit de políticas públicas de cuidado en Argentina. Revista Perspectivas de Politicas Públicas, 4(8), 103-134. https://doi.org/10.18294/rppp.2015.949

Rueda, D. (2022). “El cordón frutihortícola en la mira” la presencia y el trabajo de niños/as en quintas del cordón frutihortícola marplatense como problema público (2005-2020) [Tesis de Licenciatura, Universidad Nacional de Mar del Plata, tesis no publicada.

Wilkis, A. (2013). Las sospechas del dinero. Moral y economía en la vida popular. Paidos.

Notas

[1] Es importante destacar que a lo largo de la tesis tomamos como trabajo familiar remunerado el que se realiza en las quintas tanto cuando se posee o alquila la tierra para trabajar únicamente entre los miembros del grupo doméstico, como los casos en que los medieros son contratados y realizan el trabajo hortícola junto con sus familias. Si bien en este caso son ocupados como medieros, al realizar el trabajo que corresponde a su parcela de tierra junto con sus allegados, lo consideramos trabajo familiar remunerado.
[2] Si bien la superposición entre los espacios domésticos y de cuidado puede ser una característica de los trabajos que realizan mayormente quienes migran de Bolivia, como mostramos a lo largo de la tesis, las particularidades que presentan las quintas se vinculan a la rigidez de los tiempos de la producción hortícola, que dificultan, sobre todo, su conciliación con el cuidado de los niños y su acceso a instituciones como la escuela y los centros de salud, que son centrales en su crianza. En ese sentido, el énfasis estuvo puesto en la forma en que quienes constituyen el grupo doméstico distribuyen el trabajo, para evidenciar las desigualdades y asimetrías que se producen tanto en el trabajo remunerado como en el no remunerado.
[3] La tesis cuenta con una amplia reflexión sobre las situaciones de entrevista y los contextos en que se realizaron que no podemos incluir aquí por motivos de espacio.
[4] Utilizamos la categoría de “trabajo infantil” entre comillas porque se trata de una construcción sociohistórica que ha variado a lo largo del tiempo. En la actualidad, las leyes que regulan el trabajo lo asocian a la explotación. En este caso, si bien los agentes estatales utilizan la categoría de “trabajo infantil” para referir a todas las tareas que los niños realizan en las quintas, como ha demostrado Rueda (2022), los trabajadores migrantes diferencian entre el trabajo que realizan los niños y el trabajo infantil, porque asocian al segundo a la explotación, mientras que el primero puede comprenderse como tareas que permiten que los niños aprendan el trabajo familiar y no perjudicarían su salud ni sus trayectorias escolares.
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